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Una de las lesiones más comunes en deportistas es la de rodilla. Estas pueden ir desde un dolor leve tras un entrenamiento, hasta una tendinitis, lesión de ligamentos o rotura de meniscos. Esto se produce básicamente porque las rodillas son una de las partes del cuerpo que mayor esfuerzo asumen a la hora de entrenar.

 

Razones por las que se producen las lesiones de rodillas:

  • Uso inadecuado de calzado deportivo.
  • Golpe o movimiento brusco durante el entrenamiento.
  • Sobrecarga de trabajo.
  • Sedentarismo: pues favorece el desbalance muscular, la falta de flexibilidad y la atrofia muscular.
  • Mala alimentación: ya que genera problemas de sobrepeso y obesidad, que sobrecargan los tendones y la articulación.

 

Tipos de lesiones más comunes:

 

  • Síndrome de la banda iliotibial: Inflamación en cara lateral de la rodilla y que se da principalmente en dos deportes: ciclismo y running.
  • La “rodilla de corredor”: se percibe como un intenso dolor por detrás y al lado de la rótula.
  • Tendinitis: inflamación o degeneración del tendón.
  • Daño de los ligamentos: Los ligamentos son tejidos cuya función es mantener unidos los huesos, y las lesiones de los ligamentos se llaman esguinces. El tratamiento y el tiempo de recuperación dependen del tipo y la causa del esguince en su rodilla.
  • Rotura de meniscos: Los meniscos (menisco interno y menisco externo) ayudan a facilitar el encaje entre el fémur y la tibia, para que puedan realizar los movimientos articulares propios de la rodilla. Además, soportan alrededor del 40% de la carga que recibe la articulación, e interviene en la estabilidad a la rodilla. En el momento que se produce la rotura o lesión parcial del menisco, el principal síntoma es sentir un chasquido en la rodilla que genera dolor.
  • Artritis: desgaste del cartílago (meniscos), tejido que hace de amortiguador al proteger los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de la articulación.

 

¿Cómo prevenir lesiones?

 

  • Realizar un buen calentamiento antes de practicar deporte.
  • Fortalecer los músculos de las piernas, así estos podrán mantener mejor a las articulaciones: entre los ejercicios más recomendados están el ciclismo y la natación, ya que evitan el impacto en la rodilla. También se recomienda subir escaleras, caminar y realizar trabajo con pesas.
  • Otro factor importante es realizar ejercicios para fortalecer las rodillas: sentadillas y trabajo de equilibrio.
  • Mantener un peso saludable para no hacerlas soportar demasiado peso.
  • Es fundamental utilizar un calzado deportivo apropiado: no todas las zapatillas son aptas para entrenar o hacer deporte. La amortiguación de esta es clave.
  • Evita correr cuesta abajo, ya que las rodillas se cobrecargan más de lo habitual.
  • No forzar entrenamiento todos los días, si nuestro cuerpo no está preparado para aquello.

 

Es muy importante que si el dolor de la rodilla es constante, no puedes soportar tu propio peso o hay inflamación en la zona (siempre es síntoma de alerta), acudas al médico. Además, cabe señalar que la extensión completa de la rodilla es la verdadera posición de descanso.

También debemos destacar que el mejor y más rápido recurso para ayudar en la recuperación del dolor es usar frío local (bolsas de hielo) en el punto de dolor.

 

En caso de haber sufrido una lesión, debemos evitar las siguientes acciones para facilitar la recuperación:

  • Realizar ejercicio durante los tres primeros días después de haberse lesionado,
  • Calor en la zona. Esto incluye tomar un baño caliente o usar una bolsa térmica.
  • Alcohol: puede aumentar el sangrado y la inflamación en la zona afectada.
  • Masajear la rodilla lesionada, ya que puede ocasionar más inflamación o sangrado.

 

Por último, hay que que asegurarse que la rodilla afectada no reciba todo el peso del cuerpo.

 

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