Si entrenas de forma regular y deseas aumentar la dificultad de tus rutinas, adquirir un “sandbag” o saco de arena es una buena alternativa. Este implemento es especialmente bueno para trabajar la fuerza, pero también para mejorar tu resistencia y estabilidad.
Para quienes no conocen esta herramienta fitness, es básicamente un saco lastrado con una serie de asas que hacen más fácil y cómodo su manejo. Están disponibles en distintas versiones de peso, para distintos niveles de deportistas y objetivos.
Los levantamientos con esta herramienta hacen que el entrenamiento sea más desafiante al comprometer los músculos estabilizadores una y otra vez. Si estás buscando mejorar tu entrenamiento de fuerza, deberías adquirir un “sandbag” con peso alto. Mientras, si lo que quieres es trabajar tu capacidad física, obtén un “sandbag” más liviano, agregando repeticiones e intensidad.
El saco de arena es, además, muy versátil. Con él puedes realizar peso muerto, sentadillas, lunges, press, remo, entre otros.
Esta herramienta también es muy buena para trabajar el core. Esto, porque con el “sandbag” el centro de gravedad siempre está cambiando, ya que el saco se mueve en distintas direcciones, lo que hace que tu core se comprometa de una manera diferente que con un peso estable, incluso cuando no estás haciendo un ejercicio específico de core.
En definitiva, el “sandbag” permite un entrenamiento funcional que requerirá el esfuerzo de muchos músculos de forma simultánea y, además, requerirá y permitirá el desarrollo de habilidades diferentes tales como fuerza, potencia, resistencia, equilibrio, coordinación y otras.
*Consejo: Cuando trabajes con esta herramienta asegura el agarre, cuida la técnica y nunca realices movimientos bruscos ni violentos, porque pueden ser causante de lesiones.
