La rutina de entrenamiento denominada EMOM, debe sus iniciales al concepto “Every Minute on the Minute” y se basa, fundamentalmente, en ejercicios cortos e intensos. Es un plan ideal para sacarle el máximo partido a los entrenamientos.
La idea es realizar repeticiones definidas de uno o varios ejercicios en un periodo de tiempo de 1 minuto, durante la máxima cantidad de minutos posible. Hay descanso solo si te sobró tiempo dentro de ese minuto, ya que al llegar a los 60 segundos, se comienza inmediatamente de nuevo.
La rutina termina cuando la persona no puede completar las repeticiones de los ejercicios dentro del minuto o cuando se completan todos los minutos establecidos. Por ejemplo, 10 sentadillas por minuto durante 10 minutos. Suena fácil, pero no lo es tanto.
Se puede realizar el mismo movimiento durante toda la sesión o rotar y hacer diferentes ejercicios.
Según el experto estadounidense Todd Nief, “uno de los mayores errores que veo en las personas que lo practican es hacer que cada serie sea demasiado difícil. Si las personas están luchando para completar el trabajo requerido en sets eficientes e ininterrumpidos, es probable que pierdan la idea principal”.
La rutina EMOM es perfecta para medir tu progresión de una semana a otra, porque te vas dando cuenta si logras llegar al último minuto con mejor resto físico que la semana anterior.
Otro beneficio de esta rutina es que la puedes programar para entrenar cualquier aspecto: potencia, resistencia, velocidad, sistemas aeróbicos o anaeróbicos, mecánica o habilidades.
Para quienes están comenzando, se recomienda iniciar con ejercicios fáciles, sencillos y haciendo un número de repeticiones bajo. A medidas que vayas mejorando, vas aumentando la dificultad.
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