Mantenerse en forma o tratar de perder peso en la actualidad es cada vez más complejo. Principalmente por la falta de tiempo o la factibilidad de realizar algún deporte, como el running o el ciclismo. Sin embargo, una gran alternativa es saltar la cuerda, ya que solo se necesita de una soga y un poco de espacio en tu casa para realizarlo.
No por nada es una de las actividades predilectas en las rutinas de boxeadores o tenistas profesionales. Saltar la cuerda trae muchos beneficios para tu organismo. Solo basta señalar que en 30 minutos se pueden quemar entre 300 y 400 calorías, dependiendo de tu peso y la intensidad con que se realice el ejercicio.
Cabe mencionar que los 30 minutos no tienen que ser de corridos, sino que se pueden realizar en series, combinando con otros ejercicios.
Entre sus principales beneficios están:
1- Ejercita la coordinación entre tus pies y manos, ayudando a desarrollar tus reflejos y tu equilibrio.
2- Ayuda a mejorar tu estructura ósea. Este ejercicio es más eficiente que los complementos de calcio para prevenir la osteoporosis.
3- Los saltos repetitivos desarrollan la velocidad de tus músculos, por lo que mejora tu potencia o capacidad explosiva.
4- Es un ejercicio que trabaja todo el cuerpo, incluyendo brazos, hombros, espalda, abdominales, cadera y todos los músculos de las piernas.
5- Es más eficiente que correr para quemar grasa, ya que involucra más músculos en su ejercitación.
6- Es un gran ejercicio mental, al requerir mucha concentración para coordinar todos los movimientos del cuerpo.
7- Existen muchas variantes para saltar la cuerda, lo que lo convierte en un ejercicio muy diverso.
Finalmente, te entregamos algunas recomendaciones para sacar el máximo provecho en tu entrenamiento y evitar futuras lesiones:
– Mantén la vista al frente, con la cabeza recta. El torso siempre debe estar derecho, las rodillas ligeramente flectadas y los codos cerca de tu cuerpo.
– Usa las muñecas para hacer girar la cuerda, nunca tus brazos.
– Para impulsarte y aterrizar en el salto, utiliza la parte delantera de tus pies (metatarso). Esto permitirá que tus rodillas no reciban todo el impacto del ejercicio.
– Para principiantes, no utilizar zapatillas con mucho acolchado. A medida que mejora tu práctica, puedes realizar el ejercicio descalzo.
